Atención a la respiración

Cuando ponemos atención a la respiración podemos aprender de nuestras sensaciones corporales y de nuestro estado emocional. Nos damos cuenta cómo se afecta la mente y el cuerpo.

1. Siéntese en una posición cómoda, puede ser en una silla en el suelo o sobre un almohadón.
2. Apoye su mano sobre alguna parte del cuerpo en donde sienta la respiración. Puede ser el estómago, el pecho o la nariz.
3. Respire como lo hace normalmente. Lleve toda su atención a esa parte del cuerpo en donde siente la respiración.
4. Cuando se distraiga, lleve la atención de vuelta a esa parte del cuerpo donde siente la respiración.

¿Puede estar consciente de su respiración durante cinco respiraciones? ¿Qué tal si lo hace durante 1 minuto?

Respirando como un globo

La respiración prolongada tiene un efecto calmante y relajante. Al llevar la atención a la respiración, aprendemos a concentrarnos en una cosa a la vez.

1. Ponga sus manos en el estómago y haga tres respiraciones profundas. Inhale y exhale.
2. Imagínese qué cada vez que inhala está llenando el globo de aire.
3. Imagínese qué cada vez que exhala está vaciando del globo de aire.
4. Repítanlo de tres a cinco veces.

¿Cómo se siente en este momento?

Bailando y calmando

Cuando intercalamos movimientos suaves con movimientos rápidos para descargar el exceso de energía, ayudamos a aquietar el sistema nervioso central. Finalizamos con un descanso para aprender a aquietarnos después del movimiento.

1. Vamos a imaginarnos que tenemos una goma mágica en las plantas de los pies y que estamos pegados al suelo. El adulto hace como si pusiera goma en la planta de cada uno de sus pies para que se adhieran al suelo. El adulto ejemplifica este y los siguientes pasos para que los niños lo puedan imitar.
2. ¿Puede mover las rodillas de un lado a otro sin despegar los pies del suelo?
3. Vamos a mover el cuerpo al sonido de un tambor, como si estuviéramos bailando pero manteniendo los pies pegados al suelo. (Puede utilizar las palmas de las manos u otro instrumento musical, realizando movimientos amplios cuando suba la intensidad del sonido.
4. Haga movimientos pequeños cuando baje el volumen y la intensidad del sonido.
5. ¿Qué va a hacer cuando el tambor suene rápido? (El adulto juega con la rapidez del sonido.)
6. ¿Y si suena lento? (El adulto toca lentamente el instrumento)
7. Intente seguir estos movimientos y deténgase cuando el instrumento deje de sonar. (El adulto alterna entre tocar rápido, lento, alto o bajo y los niños se detendrán cuando pare el sonido)
8. Ahora vamos a relajarnos sintiendo la respiración y moviendo lentamente las piernas.